domingo, 19 de junio de 2016

Una alternativa de emprendimiento frente a la crisis: Economía colaborativa.

En la Venezuela de hoy, en el mundo de hoy, las dificultades que atraviesan familias muchas veces son imposibles de superar, en virtud de los avatares del destino y la innumerable cantidad de obstáculos que impiden el establecimiento de mejores condiciones para transformar la propia realidad y el entorno donde se habita; frente a estas circunstancias, la naturaleza misma del Mercado, intentando recomponerse para garantizar a todos acceso a bienes y servicios, asoma la posibilidad coyuntural de posible impacto estructural de tener una participación activa en el mismo. De la nombrada posibilidad nace el término “Economía Colaborativa” que proviene de la expresión inglesa “Sharing Economy”, elemento con el que de alguna u otra manera hemos estado vinculados todas nuestras vidas.
La economía no es más que la garantía de acceso a bienes y servicios con el fin último de generar bienestar social, la economía colaborativa es la traducción de una acción dinámica que beneficia a los pequeños y medianos sectores de empoderamiento económico en una sociedad.
Según Alegre ‘’podríamos traducirlo literalmente: “Compartiendo economía”, si definimos Economía como <>. Es indudable que la desigualdad de las sociedades occidentales, ha contribuido al desarrollo de la economía colaborativa, como medio también de defensa y supervivencia.’’[1] Sobre todo, en nuestra sociedad hoy abatida por las nefastas políticas del socialismo del siglo XXI.
La economía colaborativa es la promoción de iniciativas basadas en el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TICS), que permiten la creación de diversos medios donde se pueden realizar interacciones entre individuos de forma masiva ¿En qué sentido? Por ejemplo, el establecimiento de redes sociales, donde Ud. Por ejemplo puede ofrecer el establecimiento de su hogar como posada, para una temporada turística específica, ofreciendo servicios a la hospitalidad o la simple estadía, esto se encuentra en auge como alternativa, para la juventud emprendedora o las familias que necesitan ingresos extras a través de portales como “Air BnB” “Coach Surfing”, entre otros, promoviéndose un nuevo paradigma de hacer el turismo en donde la interacción la cultura y realidades de las localidades es más estrecha, accesible y humana, en contraposición al anonimato, alto costo y deshumanización que las grandes cadenas hoteleras promueven, que ciertamente han sido y continúan siendo una gran alternativa para quienes deciden hacer turismo. Sin embargo, desde este nuevo enfoque, el ciudadano se empodera y expande con las herramientas que tiene a la mano, obligado y además motivado a ofrecer servicios de calidad, aprender nuevas culturas e integrarse a una sociedad globalizada que cada vez cierra más las brechas entre los países.
En el mismo orden de ideas, pero en otros rubros se brinda la posibilidad al beneficiario de estadía en una “X” localidad a través de redes como “Sin Rutina” realizar actividades por bajo costo que le sumergen en la destinación que visita, como, por ejemplo: servicios de SPA, asistencia a gimnasios locales, conocimiento de teatros y cultura “Underground” que sirven de complemento a la voluntad de conocimiento de los principales destinos que su ciudad ofrece.  
En una próxima entrega se describirán los 4 ejes transversales que constituyen la política participativa de esta alternativa ante la crisis: El conocimiento abierto, el consumo colaborativo en detalle, las finanzas compartidas y la producción colaborativa.
@diegorimer




[1] http://economistasfrentealacrisis.com/que-es-la-economia-colaborativa/

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