sábado, 2 de julio de 2011

El dilema legislativo en Venezuela ¡O Se encaraman o se bajan!












Este próximo 5 de julio no sólo se celebra una fecha fundamental en la historia venezolana, fecha que representa a 200 años de lucha y son además signo de los valores supremos sobre los cuales se construyeron las bases de esta nación, sino que además se cumplirán los primeros 6 meses desde que una nueva Asamblea Nacional fuera juramentada con el propósito de dar inicio a un nuevo proceso de transformación que tuviera como bandera el mantenimiento de las garantías democráticas y la reconstrucción de un sistema jurídico de altura que esté al servicio de todos los venezolanos y que nuevamente encarrilare al país hacia la manera correcta de hacer las cosas.





A 6 meses de esa juramentación diputados oficialistas se debaten sólo en el montaje de una ideología que tiene por fin la toma de los modos de producción con el fin de controlar las relaciones de producción para establecer una hegemonía, dicho de otra forma, que ese grupo somete a todo el pueblo bajo una falsa prédica de la instauración de una “sociedad socialista" haciéndoles renunciar a su verdadera identidad cultural, a su verdadera identidad individual y en general a las libertades que a través de la lucha el pueblo ha conseguido históricamente.





El trabajo de los diputados que conforman la Unidad democrática ha sido el de impedir los atropellos de diputados oficialistas y Poder Ejecutivo Nacional en contra del pueblo, aunque en el marco de esa posición defensiva se ha desnaturalizado la lucha convirtiendo la posición de éstos en una especie de “muralla” que no puede cargar en contra de los postulados oficialistas sino que sólo los ha frenado, es por esto que no se ha legislado con propiedad en favor de toda la ciudadanía al estar faltando “visión con acción” para determinar realmente cual es el problema real que le atañe a la sociedad proponiendo efectivamente una manera de legislar que garantice el cambio y la estabilidad nacional.






Algunos de los problemas que han impedido que esta legislatura tenga efectividad es que diputados de ambos grupos siguen enfermos de poder y lo siguen utilizando como mecanismo de ascenso social, ya que pareciere que nunca entenderán la importante responsabilidad que han contraído con todos los venezolanos en el entendido que la política como medio de ascensión al poder debe ser una verdadera vocación de servicio que implica ser altruista y apegado hacia la construcción de un modelo que beneficie de manera verdadera el interés colectivo y transmita la conciencia de éste, no a la obtención de "honores y lucro" para cultivar el ego personal de algunos.





Los diputados a la Asamblea Nacional, tal cual lo establece la Constitución Nacional son representantes del pueblo de Venezuela y como representantes del mismo independientemente de sus ideologías, las distintas bancadas deben construir a través de su ejercicio y mediante un debate jurídico y político serio leyes que contribuyan a garantizar la seguridad jurídica, es decir, el respeto por las instituciones, respeto que se perdió en este país hace mucho tiempo y en donde la única manera de empezarlo a rescatar es que nuestros diputados mediante sus atribuciones no sólo vayan a legislar sino a interpelar a los distintos funcionarios del Poder Ejecutivo para velar que sus acciones sean realmente transparentes (las que ha habido fueron un show no una verdaderas interpelaciones ante las comisiones respectivas) , ya que tenemos un poder judicial que dejó de administrar justicia hace mucho tiempo, una Contraloría General de la República y una Defensoría del Pueblo, que más bien parecen brazos de la Procuraduría, es decir, que defienden a ultranza cualquier acción que realice el gobierno nacional independientemente de su resultado positivo o negativo, en dónde se actúa en numerosas ocasiones en detrimento de la nación y no en el beneficio de ésta.





La Asamblea Nacional no ha abordado el problema de la codificación (Penal, Civil, Mercantil y Tributario) dónde muchas de sus disposiciones e instituciones jurídicas resultan ya anacrónicas y nuevas leyes “sueltas” han derogado diversas disposiciones de éstos códigos para poner en vigencia las nuevas disposiciones generando un “océano” de leyes que dificultan el ejercicio de la abogacía, la administración de justicia y el respeto por las instituciones, ya que producto de esa cantidad de “leyes sueltas” que en principio muchas de ellas pueden contener lo que realmente es ajustable a la realidad, la no codificación obstaculiza la aplicación de la ley por la enorme cantidad de leyes que hay, generando un alto nivel de desconocimiento aun cuando “La ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento” asimismo es deber de quienes aplican el derecho y administren justicia conocer las diversas disposiciones a fines prácticos la no codificación es negativa ; Seguimos sin entender que hay grandes desconocedores de la tesis de la supremacía constitucional que tomó Venezuela hace mucho tiempo y se encuentra desarrollada en el Art 7 de nuestra norma fundamental la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que dice: “La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a la Constitución" y contra esos postulados varios diputados continúan violentando a nuestra Constitución y proponen cualquier clase de chifladuras que siguen siendo aplaudidas por un grupo considerable pero que afectan negativamente al colectivo, llevándonos a una grave situación de inseguridad jurídica. La falta de habilidad de los diputados a la fecha hace parecer que desconocen la necesidad jurídica real para la sociedad y que no van a sembrar esa gran oportunidad que tienen de dar frutos a una nueva realidad nacional.





Son sólo problemas que se desarrollan por la poca formación y el problema del individualismo enfermizo que impide una verdadera acción un pro del desarrollo nacional en la Asamblea actual; Si bien es cierto alguno podrá criticar la posición que aquí expreso la verdad es que se ha dejado mucho que desear si comparamos la realidad de la cual fuere participe los extintos Congreso y Senado de Venezuela en el auge y desarrollo democrático de los 60´s hasta los 80´s. Hubo preocupación por la formación y dedicación por la construcción de la institucionalización de la nación con miras a tener por conclusión una patria justa, libre y soberana; por diversas razones pareciera que ese norte ser perdió hoy a 200 años del nacimiento de este gran país, tenemos que repensar la manera de hacer las cosas.






La democracia es una responsabilidad colectiva. En nuestro país la democracia es de carácter participativo y protagónico, es decir, aunque hayamos delegado ese compromiso a nuestros diputados es y será nuestra tarea velar por su cumplimiento y seguir participando activamente proponiendo nuestras ideas ante las instancias para dejar de tolerar la desinstitucionalización y rescatar la institucionalidad del país.






Si hay abandono y desinterés colectivo jamás habrá un rendimiento eficaz para que esas personas elegidas por nosotros actúen por el bien común y en general la paz social.


















Diego Rimer B.









Twitter: @diegorimer

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